Lo que algunos denuncian como proteccionismo y mercantilismo es en realidad un reequilibrio para abordar importantes cuestiones nacionales. El mayor riesgo para la economía global no surge de esta reorientación más amplia –que debería ser bienvenida– sino de una rivalidad chino-estadounidense que amenaza con arrastrar a todos hacia abajo.
CAMBRIDGE – “La era del libre comercio parece haber terminado. ¿Cómo le irá a la economía mundial bajo el proteccionismo?”
Esta es una de las preguntas más comunes que escucho hoy en día. Pero la distinción entre libre comercio y proteccionismo (como la que existe entre mercados y Estado, o mercantilismo y liberalismo) no es especialmente útil para comprender la economía global. No sólo tergiversa la historia reciente; también malinterpreta las transiciones políticas actuales y las condiciones necesarias para una economía global saludable.
El “libre comercio” evoca una imagen de gobiernos que dan un paso atrás para permitir que los mercados determinen los resultados económicos por sí solos. Pero cualquier economía de mercado requiere reglas y regulaciones –estándares de productos; controles sobre conductas comerciales anticompetitivas; salvaguardias para el consumidor, el trabajo y el medio ambiente; funciones de prestamista de último recurso y de estabilidad financiera, que normalmente son promulgadas y aplicadas por los gobiernos.
Para continuar leyendo, regístrate ahora.
¿Ya tienes una cuenta? Acceso