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Tres impagos oficiales de EEUU y un default relámpago, que terminó costando millones


Mini-default, impago relámpago, default técnico, un "déjame un dólar que te lo devuelvo mañana" o problemas administrativos. Oficialmente, EEUU ha caído tres veces en impago y ahora roza uno nuevo. Fue durante la Guerra de la Independencia, la Guerra Civil y en la antesala de la I Guerra Mundial. Pero nadie quiere hablar el cuarto default. Ni siquiera el Tesoro lo tiene en consideración. Ocurrió en 1979, bajo la Administración de Jimmy Carter, y duró tres semanas. Los inversores dejaron de cobrar 120 millones.

Tres emisiones de letras por valor de 120 millones de dólares se dejaron de pagar durante los meses de abril y mayo de 1979. "Los retrasos en los pagos se debieron principalmente a problemas técnicos y organizativos administrativos", según un informe del Servicio de Investigación del Congreso , un instituto de investigación de políticas públicas no partidista del Congreso. Por este motivo no se considera que EEUU registró oficialmente un incumplimiento de sus compromisos financieros, pero el desliz tuvo consecuencias.

Primero, el Congreso cambió la ley para evitar que algo así volviera a suceder. El techo de la deuda se unificó con los presupuestos, y se declaró que, cuando se aprobara un determinado gasto en las cuentas, se autorizaba automáticamente la emisión de deuda necesaria para cubrir esas cantidades.

Y segundo, hubo un impacto permanente en la curva de tipos de la deuda estadounidense. En un primer momento, las emisiones se encarecieron en 60 puntos básicos y afectó a largo plazo. Los economistas Terry Zivney y Richard Marcus creen que al Tesoro le pasó una factura de 12.000 millones de dólares y tuvo influencia en siguiente etapa de recrudecimiento de tipos que se abrió en los años ochenta.

Según un informe del Congreso de EEUU, la Oficina de Tesoro todavía anotaba de manera manual el 90% de las operaciones. Apenas se había comenzado a automatizar el proceso. "Las operaciones de emisión de cheques del Tesoro de EE. UU. también estaban en medio de una reubicación y el equipo de procesamiento de textos falló inesperadamente", dice el informe. Alrededor de 4.000 cheques del Tesoro se quedaron sin cobrar.

Lo más curioso es que el incidente ocurrió en una situación muy parecida en plena negociación entre republicanos y demócratas por la deuda. El resto de los impagos se produjeron por razones más dramáticas y en contextos bélicos.

El comienzo de un país no debe ser fácil, y mucho más, si tienes que romper con lazos coloniales. Las primeras emisiones de EEUU fueron en 1775 y lo hizo el Congreso Continental en nombre de las colonias británicas, que se rebelaron contra Gran Bretaña. Al principio se imprimía en dólares españoles y luego en dólares continentales.

Las primeras emisiones sirvieron para poner moneda propia en circulación. Pero los primeros billetes se depreciaron progresivamente a medida que el público comenzó a darse cuenta de que ni los nuevos estados ni el Congreso Continental tenían la voluntad o la capacidad para respaldarlos. En noviembre de 1779, el Congreso anunció una devaluación de 38,5 a 1 sobre los dólares continentales, lo que supone en la práctica incumplir con la deuda emitida.

Bonos patrióticos

Hasta las proximidades del Guerra de Secesión, en 1861, el país no volvió a complicarse la vida con emisiones de deuda. Fue con la emisión de los primeros dólares de los Estados Confederados de América. L moneda para la Confederación fue aceptada en los estados del sur y a ella se le asoció deuda. La nueva moneda que se conocía como billetes verdes por la tinta que se usaba dejaron de ser canjeables por oro, con lo que se produjo el segundo impago y segunda quita de facto.

En 1934, ocurrió un impago parcial de los Liberty Bonds, bonos del Tesoro americano emitidos con respaldo de oro durante la Primera Guerra Mundial para sufragar los gastos de guerra. Fueron bonos patrióticos. Cuando Franklin Roosevelt asumió el cargo en 1933, los pagos de intereses por sí solos estaban terminando con las reservas.

Desde la década de 1890, el Tesoro había estado corto de oro y había financiado este déficit haciendo nuevas emisiones de bonos para atraer oro para pagar los intereses de las emisiones anteriores. El resultado fue que en 1933 la deuda total era de 22.000 millones de dólares y la cantidad de oro necesaria para pagar incluso los intereses pronto sería insuficiente. Roosevelt decidió dejar de pagar la totalidad de la deuda nacional al negarse a redimir en oro a los estadounidenses y devaluar el dólar un 40%.



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